viernes, 29 de abril de 2016

¿Aflatoxinas?

De unas semanas para acá el maíz que compro en el pueblo para alimentar a mis gallinas y patos tiene algunas manchas oscuras.  Fui a preguntar de dónde venía ese maíz; lo traen, según me dijo mi vendedor, de un rancho muy grande que está cerca de Toluca.  No sabemos si lo producen allí o lo compran a otro proveedor.  No sabemos si es o no transgénico.  No sabemos por qué está manchado.

Me pregunto si esas manchas son aflatoxinas: un veneno que producen  los hongo de los géneros  Aspergillus y Penicillium.  

Las aflatoxinas son sumamente tóxicas.  Provocan mutaciones y cáncer, debilitan el sistema inmunológico y pueden causar la muerte.
Por eso en México, como en otras partes del mundo, existen leyes que prohiben la venta de alimentos contaminados con ellos.

En nuestro país, la norma que regula esto dice que los cereales para consumo humano deben tener un máximo de 20 mg de aflatoxinas por kilo de alimento, y para consumo de aves, excepto pollos de engorda, los cereales pueden tener hasta 100 mg por kilo.

¿Cómo mido los miligramos de aflatoxinas que tiene el maíz que compro?  Y, antes de esto: ¿cómo sé si este maíz que estoy comprando está contaminado con aflatoxinas?

No tengo pollos de engorda, pero a veces comemos algunos patos, que además de estar muy ricos  se crian de forma bastante natural y  viven realmente muy a gusto y libres. ¿Por qué la norma de los 100 mg por kilo no aplica para los pollos de engorda y sí para otros animales que eventualmente nos comemos?

Si el  maíz que compro contiene aflatoxinas y en qué cantidad, o si no las tiene, es algo que debería poder averiguar fácilmente.  Y también es algo que los inspectores sanitarios tendrían que asegurarnos. ¿Hay inspectores sanitarios suficientes? ¿Son honestos? ¿Cada cuándo checan que los productos de los que nos alimentamos tengan los requisitos de calidad necesarios para ser saludables y nutritivos?

Tengo la impresión de que en México, más allá de si las normas son o no laxas y están o no bien hechas para que lo que comemos los que vivimos en este país sea sano, alimenticio y seguro, aquí  los controles sanitarios son mínimos y la impunidad campea.