domingo, 29 de octubre de 2017

EL CALACO EN MALINALCO.


Estaba el calaco un día
Paseando por Malinalco
Cuando llegó a un paraíso
Hizo un alto y dijo, parco:
Es preciso
Que esta belleza sea mía.

Eran las huertas de San Andrés
Cantaba el agua, crecían cafés
Aromitas frescos a fruta y a miel
Se hubieran metido dentro de su piel
Si calaco tuviera pellejo
Y un corazón aunque fuera viejo.

El muy parco sentose en una banca
E ideó una trampa
Transformó el camino en avenida
Y el agua corrió despavorida
Las huertas, en mansiones con pastito
Rápido huyeron los pajaritos

También abrió calles asfaltadas
Con cemento y piedras rehogadas.
Tiró los tecorrales
Al fin que eran nidos de animales
Entubó los apantles
Llevándose berros, cangrejos, chichicastles.

Brotaron albercas, comederos,
Bares, salones con música y orquestas.
En autobuses formados en hileras
Llegaban los turistas
A disfrutar de las carreras
En la avenida convertida en pista.

Ya las huertas se llevó el calaco
Sin sentir que cometía un atraco
El más allá ya tiene un paraíso
Mientras acá nomás quedó el hechizo
De un progreso que sólo es sol candente

Polvo, sequía y hambre recurrente.

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